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Pariaguán, Anzoátegui, Venezuela

lunes, 19 de octubre de 2009

Nuestros Artistas: Gutiérrez





José Antonio Gutiérrez fue sacado del vientre a unos 2000 Km. de Pariaguán por una bondadosa mujer llamada Carmen Morocoima, quien, con ese gesto de halarlo por las sienes le dió todos los bautizos que en el mundo han sido. Debió nacer en Cumaná, pero se apuró y decidió nacer en Teresén, pueblito olvidado cerca de Caripe del Guácharo en el Edo. Monagas, Venezuela..
Como aquellas montañas le fueron un socavón estrecho para su espíritu, marchóse a a soñar con Cristo y se fue con los curas con quienes estudió filosofía y teología, pero otra vez aquel mundillo se le hizo pequeño y buscó horizontes en el arte yendo a dar con su morral y sus ganas a la mismísima Cristóbal Rojas donde se enamoró -esta vez si, definitivamente- de eso que llaman escultura.
Y en eso se la pasa, entre Fidias, Scopas, Praxíteles, Cellini, Miguel angel, Rodin, Segal, Jesús Soto y pare usted de contar, un poco ya olvidada la teología y la filosofía, a las que vuelve cuando su vida trashumante no le deja taller donde pararse. Entonces escribe sin parar, porque Gutiérrez lee y escribe, si; y entonces le han publicado cuanta cosa Dios crió: ensayos, cuentos, artículos y poemas.
Y cuando no hace escultura la enseña por donde va, y cuando no; no puede vivir. Por eso fue que aislado en una punta de montaña bajó otra vez a Caracas para estudiar letras en la Universidad Central de Venezuela, donde le gustó tanto Homero, que se volvió un homerista o un helenista según los entendidos a quienes jamás ha podido entender porque le dijeron eso. Allí aprendió mucho sobre vilezas ajenas, mientras estudió e hizo literatura con la agudeza que pone un conoto en fabricar el nido.
Sigue siendo amigo de Cristo y de sus pobres a quienes el mundo arroja a las cunetas de la vida, porque dice que así como hay una escultura en mármol o hierro; hay una escultura del alma. Que asi como hay esculturas que curan; hay palabras que redimen, porque ¿Qué iba a pensar sino que la escultura es la vida misma encarnada en la forma?.
Y en esto anduvo por aquí con Azuaje, su amigo de la Cristóbal Rojas, empeñado en darle a Pariaguán un Museo de primer nivel, un Museo universal que conozcan y valoren hasta en la misma China. Por eso se le vio andar de arriba abajo por ese patio, o acompañado cuando venía Azuaje, Museo que se está volviendo un tesoro para los pariaguaneros gracias al mismo tesonero trabajo de unas hormigas cuando se llevan las hojas y dejan pelado un mango. Que le perdone tanta gente cuyo afecto se esfuerza por merecer sin tregua, si el producto de este esfuerzo cotidiano no colme sus esperanzas. En primer lugar las mujeres cuyas presencias, recuerdos y curvas nutren grandes trozos de su trabajo, perdón a los amigos, a los enemigos y a todos los que no menciona aquí, porque en una página puede caber todo el amor del mundo y además porque no queda otra alternativa.
La Obra




AUTOR:
JOSE A. GUTIÉRREZ

· Título: Unare.
· Medidas: 3 m alto X 1,20 cm. ancho X 6 cm. de Profundidad.
· Técnica: Mixta.
· Pariaguán
· Año: 2005
Pariaguán, Edo. Anzoátegui
Sector la Verdoza N°35
Telefonos: 0416-2193306
0414-8390442
E-mail: museoescultorico@gmail.com
Fotografía: Eduardo Azuaje
Diseño de impresión: José A. Gutiérrez

2 comentarios:

  1. Estimados Amigos, los felicito por la iniciativa que han puesto en marcha. Todos los esfuerzos que contribuyen a hacer mas grande y mas hermosa nuestra patria es siempre loable, sobre todo en estos tiempos tan dificiles.

    Dicho esto, debo decir que se les fué un cero, Teresén solo dista 200 kms. de Pariaguan en linea recta.

    Un abrazo,

    Elio Chacón
    Murcia - España

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  2. Estimado y admirado José Antonio: no logro comunicarme contigo por los tel, que aqui se exponen; tampoco por (emailmuseoescultorico@gmail.com). Te he enviado dos correos a esta direccion sin obtener respuesta alguna, sin saber si los has recibido. Necesitaría comunicarme contigo. Tú tienes mi correo electrónico, por favor contáctame.
    Recibe mi más afectuoso saludo.
    Jorge Anagnostópulos

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