MUSEO DE ESCULTURA CONTEMPORÁNEA DE PARIAGUÁN. EDO. ANZOÁTEGUI. VENEZUELA

NUESTRO ORIGEN E HISTORIA

Transcurría el mes de diciembre del año 2004, cuando preocupados por el retroceso de la actividad artística en nuestro país, un grupo de creadores, intentaban acertar con la creación de un centro que estimulara eficazmente el arte venezolano cuyos fecundos aportes para el arte universal nos distinguiera ante el mundo.
Sin más espacio que la sencilla proyección de un anhelo como esos que suelen yacer sepultados en el osario de los sueños inconclusos, pusieron su voluntad al servicio de una noble causa que encontró eco en la disposición de los padres del artista plástico Eduardo Azuaje Guaramata a conceder el amplio patio de su casa en los llanos centrales de Venezuela, para recibir en su seno al grupo de obras que habrían de instalarse para tal propósito.
Firmes en la voluntad de lograr inicialmente un jardin, un parque, un paseo de esculturas a cielo abierto, como inicialmente le denominaron, se abrió paso lentamente en el léxico popular de la comunidad el nombre de museo cuando sus moradores se referían al museo de Eduardo, al museo de los Azuaje, para referirse al conjunto de obras que se fueron sumando para constituir un humilde como significativo patrimonio artístico.
De este modo, el nombre de Museo terminó por definir a una institución que de modo inherente se encuentra destinada a promover las actividades propias de las deidades, en cuyo honor erigio la Grecia Antigua, edificaciones y espacios consagrados para cultivar las actividades espirituales del hombre tales como poesía, música, danza, el teatro y por supuesto las artes plásticas.
El sueño esperanzado fue tomando cuerpo gracias al esfuerzo permanente e indeclinable del Sr. Azuaje, de los miembros de su familia, asi como del grupo de amigos, condiscípulos y colegas venidos de diversas academias del país, portadores de ese estilo único impreso en sus obras cuyo acervo cualitativo sólo puede nacer del cultivo continuado de una vocación artística igualmente irrenunciable.
Reyes, Marcos, Terán, Perdomo, Del Moral, Azuaje, Gutiérrez, fueron sumando un grupo de obras terminadas cuyos montajes de unas y realización in situ de otras, han constituido un permanente aprendizaje museográfico, curatorial y escultórico cuyos contenidos se han expandido hacia el pueblo de Pariaguán.
Transcurriendo el año 2008 la Fundación Pariaña, ente rector de la iniciativa, decidió por común acuerdo, solicitar la colaboración del Escultor José Antonio Gutiérrez y encargarle dirigir el conjunto complejo de actividades requeridas para estructurar los múltiples detalles que articularan la unidad de propósito del Museo en gestación.
Mediante un trabajo concertado con el Sr. Eduardo Azuaje y con el apoyo de su familia y personas involucradas activamente, emergieron a la luz aspectos tales como el logo caracterizador, el aviso para la sede, seis pendones sobre tela, tres vallas publicitarias viales de alto impacto visual que contaron con la fotografía de la modelo profesional Srta. Rosnedys Coa, siete entrevistas radiales, seis reportajes de la prensa regional y un programa de televisión por cable, al par que se reformuló intensivamente la infraestructura para adecuarla a un concepto contemporáneo e, instalando una vegetación paisajística, se abrieron nuevos espacios en el parque dispuestos a acoger apropiadamente al conjunto de nuevas obras ofrecidas por valiosos escultores nacionales e internacionales quienes se aprestan para aportar su generoso concurso. Finalmente, como corolario de este trabajo, se realizó una exposición pictórica dispuesta en los jardines del museo, para cuya realización fue enviado un conjunto significativo de obras por parte de prestigiosos artistas plásticos venezolanos entre los cuales mencionamos agradecidos a Felix Perdomo, Josè Coa, Segundo Aponte, Alexander Martínez, Aurora Barrios, Bruno García, Astolfo Funes, Roberto Notarfranchesco y Luis Arocha Mariño entre otros, quienes honraron con sus obras la muestra preinaugural de los espacios.
Como producto de estas acciones, el Museo de Escultura Contemporánea de Pariaguán adviene así un hecho tangible, una realidad aceptada por la comunidad que le brinda su apoyo irrestricto y es comprendida por ella como patrimonio espiritual común de los pariaguanenses, y de todo el pueblo oriental al que ha llegado su benéfico e inicial influjo. Hecho tangible que ha suscitado la esperanza en todos los artistas plásticos que le han conocido, de constituir un epicentro para la restauración plena de la vida artística de la nación en momentos cuando predomina la improvisación, la indolencia y el abandono oficial de sus más importantes instituciones museísticas.
El Museo de Escultura Contemporánea de Pariaguán es muestra de cuanto somos capaces los venezolanos cuando con empeño, voluntad, ilusión y confianza en nosotros mismos trabajemos por lograr nuestros objetivos. Es muestra de que, sin ayuda oficial, pero con el apoyo unánime de la gente de buena voluntad, podemos concretar obras de esta magnitud.
Espacio consagrado a la creación de formas tridimensionales, a la investigación estética y a la docencia en artes plásticas con el fin de fortalecer y consolidar la configuración de lenguajes plásticos individuales, espacio de interlocución colectiva e intercambio entre artistas visuales portadores de las expresiones artísticas contemporáneas que abre sus puertas a la confrontación de las ideas materializadas en los soportes más diversos, dotada con los recursos informáticos propios de un mundo globalizado.
Plataforma de la tridimensionalidad escultórica que cuenta con un grupo de obras insertadas dentro de sus espacios naturales confrontados en su cielo abierto, sus árboles y vida animal en su perfecto equilibrio ecológico donde conviven escultura naturaleza y arquitectura en la cotidianidad visual de sus objetos incorporados externa e internamente en libre interacción artística de volúmenes y vacíos, estructuras y superficies.